Este era un reportero de un periódico muy importante que iba a hacer entrevistas a las personas de un pueblo muy alejado.
Llegando a una colina alcanza a ver a un viejito recargado en la puerta de una casa muy pobre, el reportero le pide permiso para hacer sus preguntas, el viejito accede entonces el reportero le dice:
-Cuénteme una aventura interesante en la que ha participado usted en este pueblo.
El anciano le responde, con una cara lujuriosa:
-Pues aquí diario todos los hombres nos ponemos pedos, pero en una noche que se había perdido una muchacha, nos pusimos todavía mas pedos que de costumbre, y salimos a buscarla y la encontramos y como estábamos tan tomados pues nos la cojimos.
El reportero le dice al anciano:
-Yo no puedo poner eso en el periódico, mejor dígame una aventura graciosa en este pueblo.
El viejito le dice entre risas: Pues una noche que se había perdido una oveja y como ya le había dicho que en este pueblo diario nos ponemos pedos, salimos a buscarla y la encontramos, y como estábamos tan pedos pues nos la cojimos.
El reportero le dice al anciano:
-Yo no puedo poner eso en el periódico, mejor dígame una aventura triste de este pueblo.
El anciano se quedó callado por mucho tiempo y le responde en un tono de voz bastante bajo y bajo el impulso de lágrimas:
-Una vez me perdí...
Llegando a una colina alcanza a ver a un viejito recargado en la puerta de una casa muy pobre, el reportero le pide permiso para hacer sus preguntas, el viejito accede entonces el reportero le dice:
-Cuénteme una aventura interesante en la que ha participado usted en este pueblo.
El anciano le responde, con una cara lujuriosa:
-Pues aquí diario todos los hombres nos ponemos pedos, pero en una noche que se había perdido una muchacha, nos pusimos todavía mas pedos que de costumbre, y salimos a buscarla y la encontramos y como estábamos tan tomados pues nos la cojimos.
El reportero le dice al anciano:
-Yo no puedo poner eso en el periódico, mejor dígame una aventura graciosa en este pueblo.
El viejito le dice entre risas: Pues una noche que se había perdido una oveja y como ya le había dicho que en este pueblo diario nos ponemos pedos, salimos a buscarla y la encontramos, y como estábamos tan pedos pues nos la cojimos.
El reportero le dice al anciano:
-Yo no puedo poner eso en el periódico, mejor dígame una aventura triste de este pueblo.
El anciano se quedó callado por mucho tiempo y le responde en un tono de voz bastante bajo y bajo el impulso de lágrimas:
-Una vez me perdí...
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